Aunque a veces gane una batalla demasiados días siento que no puedo ganar estar guerra. Y sin embargo aún sigo en pie, aguantando los envites. Cuando siento que no puedo más, que no me quedan fuerzas para seguir luchando en esta guerra de desgaste, cuando la idea de abandonar el campo de batalla se perfila -apenas un esbozo de sombra- en mi mente... Entonces una de tus sonrisas, una mirada de tus ojos verdes, un gesto.
Y es que...
No me hace gracia, pero no puedo evitarlo.
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