Gritos al aire
Hay momentos en que necesitas gritar todo lo que te retumba en la cabeza. Sólo gritar. No es soltarlo todo en una hoja en blanco. No es hablar con nadie. No es que te escuchen. Cuando ya no puedes seguir susurrando, se trata sólo de gritar. Gritarle al aire. Bienvenidos. Este es mi aire.
domingo, 18 de enero de 2015
domingo, 28 de diciembre de 2014
It makes you feel...
"
I know you think you're scary and damaged... It makes you feel like you don't deserve good things...
But you do.
"
Maybe.
O tal vez me merezco todo el odio del mundo.
I know you think you're scary and damaged... It makes you feel like you don't deserve good things...
But you do.
"
Maybe.
O tal vez me merezco todo el odio del mundo.
Creo que la palabra es hastío.
Me cuesta un mundo levantarme cada mañana. Da igual cuántas horas haya dormido, no recuerdo cuando fue la última vez que me sentí descansada. Odio irme a dormir por la noche porque sólo puedo pensar que cuando abra los ojos será para levantarme. Odio despertarme cada mañana y enfrentarme a un nuevo día. Sacar fuerzas de dónde no existen para afrontar nueve horas de gritos, reproches, chillidos. Nueve horas del menosprecio más absoluto, que duele cada día un poco más. Nueve horas del trabajo más tedioso que pudiese haber imaginado, que aburre y agota cada día un poco más. Salir. Pensar en las nueve horas que me esperan al día siguiente. Apretar los dientes hasta que me sangran las encías, apretar los puños hasta que me hago daño.
Ya ni siquiera le encuentro la gracia a las pequeñas cosas. El color de las hojas en otoño, un atardecer, el contraluz de una farola en el Madrid de los Austrias sobre una fría mañana azul, un cielo plomizo o el olor a café. Siempre me ha gustado la belleza de las cosas. La belleza física, tangible, palpable. El óleo espeso, el color puro. Pero últimamente me aburre. Me aburren las pequeñas cosas y hace mucho que no hay cosas grandes.
Ya ni siquiera le encuentro la gracia a las pequeñas cosas. El color de las hojas en otoño, un atardecer, el contraluz de una farola en el Madrid de los Austrias sobre una fría mañana azul, un cielo plomizo o el olor a café. Siempre me ha gustado la belleza de las cosas. La belleza física, tangible, palpable. El óleo espeso, el color puro. Pero últimamente me aburre. Me aburren las pequeñas cosas y hace mucho que no hay cosas grandes.
Me aburre la gente. La que está cerca y la que corretea por la calle, torpe, como pequeñas hormigas siempre de un lado para otro. La que está a medio camino y me habla como si debiese importarme lo que me están contando.
Me aburre vuestra cháchara vacía, vuestro infinito y agotador bucle sinsentido, vuestra risa de hienas. Me agota tu presencia ausente y me sigue doliendo tu ausencia. Creo que me aburre mi propio dolor.
Línea recta descendente y filtro de color gris. El mundo sabe a ceniza. Tanto, tanto ruido.
Creo que la palabra es hastío.
Hastío, tedio, desgana, aburrimiento, cansancio, repugnancia.
"Tiré mi vida a la basura, y ni las ratas se la comieron."
Y no sé cómo salir de aquí.
"Tiré mi vida a la basura, y ni las ratas se la comieron."
Y no sé cómo salir de aquí.
martes, 21 de octubre de 2014
21
Otro 21 y tan distinto....
Te echo de menos.
Tocarte, besarte, abrazarte, cogerte de la mano, mirarte, comerte, acariciarte.
Tocarte muy despacio, besarte el cuello, cogerte de la mano y jugar con tus dedos, mirarte y que me mires, comerte de madrugada y por la mañana, acariciar cada centímetro de tu piel.
Más imbécil que ayer, pero menos que mañana.
Te echo de menos.
Tocarte, besarte, abrazarte, cogerte de la mano, mirarte, comerte, acariciarte.
Tocarte muy despacio, besarte el cuello, cogerte de la mano y jugar con tus dedos, mirarte y que me mires, comerte de madrugada y por la mañana, acariciar cada centímetro de tu piel.
Más imbécil que ayer, pero menos que mañana.
domingo, 5 de octubre de 2014
Cosas que sacar de dentro (II)
Yo ya no sé nada, no sé qué es normal y qué no lo es, si es mucho tiempo o si es poco tiempo, si hay alguna cosa que haga bien o todo lo hago mal, o si me estoy volviendo loca y lo único que se puede hacer conmigo es meterme en un puto psiquiátrico y atarme para que no salga nunca y deje de molestar al resto, de una puta vez.
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