Afilados

"Sentirás el frío hasta en tus huesos, y tu sangre formará cubitos de hielo que notarás correr bajo tu piel. La mecánica de tu corazón explotará." (1)

Dientes afilados y sonrisa de acero. Si en algún momento me muerdo, probablemente me envenene. Quizás ya lo haga el odio profundo que me corre por las venas. O quizás es lo único que me alimenta, lo único que impide que me convierta en un montón de huesos, afilados como navajas, cortantes y frágiles como el cristal.

Me da(s)(ais) asco. Asco. Asco. Asco. Asco. Asco. Mucho asco. Tanto que la palabra se queda pequeña, que casi pierde su significado. Cada puta palabra me repugna. Me repugna(s)(ais) hasta la nausea más extrema...

Y ya no sé si es lo correcto... o siquiera lo normal.

"A fin de cuentas, todo viaje, incluso el más largo, no es sino una suma de pequeños pasos. A menudo, la única diferencia entre los que se salvaban y los que sucumbían era que los segundos habían dado un mal paso. Bastaba con uno solo. El camino al infierno está hecho de pequeños tropezones." (2)
 
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(1) La mecánica del corazón, Mathias Malzieu.
(2) El corazón del tártaro, Rosa Montero.

Zu viele

"No sé que acabó sucediendo,
sólo sentí dentro dardos.
Nuestra incómoda postura
se dilató en el espacio

Se me hunde el dolor en el costado,
se me nublan los recodos,
tengo sed y estoy tragando,
no quiero no estar a tu lado.  

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos…
Y las palabras se me apartan,
me vacían las entrañas

Finjo que no sé, y que no has sabido.
Finjo que no me gusta estar contigo…
Y al perderme entre mis dedos
te recuerdo sin esfuerzo

Me moriré de ganas de decirte
que te voy a echar de menos."

¿Ves?

"¿Ves la luna? Está preciosa esta noche..."

Y, aunque de saber lo que significa, seguramente nadie lo entendería, hoy sólo puedo decir gracias.

Tarde, siempre tarde

"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo"  Benjamin Franklin.

Aprendido. Aprendido y grabado a fuego en cada milímetro de mi piel, de mi mente, de mi alma. Aunque ahora sólo sirva para destrozarme un poco más y tú ni siquiera lo creas.

Nunca

Nunca una despedida había dolido tanto. Es como si tu última caricia me hubiera desgarrado por dentro, como si mi último aliento se hubiera ido con tu último abrazo.

Lo único que le daba sentido a mi vida se ha derrumbado sobre mí. Nunca me había sentido tan perdida. Nunca me había sentido tan inútil, tan incapaz, tan insignificante. No puedo, simplemente no puedo seguir adelante. Nunca había deseado tanto desvanecerme para que dejara de doler.

Te quiero.

Respira

El odio profundo y la desconfianza más absoluta.

Respira. Respira. Respira. Pero las zarzas del miedo estrangulan mis pulmones. El abrazo de Phobos es demasiado fuerte.