Últimamente tengo la sensación de avanzar -o crecer, o aprender, o madurar- a trompicones. Es como estar bloqueada durante días, encerrada en mi misma y mis patéticas circunstancias, sin poder ver más allá, y de repente me doy tal ostiazo contra un muro que, primero, me quedo parada, sin poder moverme ni casi respirar; y después, no me queda más remedio que dar una zancada.
O avanzo o me caigo, y si me quedo tirada en el suelo nadie va a venir a recogerme.
Y es extraño pero ni siquiera supone un esfuerzo, simplemente veo claro lo que antes era incapaz ni de intuir. Es extraño y quizás no sea la mejor manera, pero es. O quizás sea la única en que puedes avanzar en un momento como éste.
Abrir los ojos a base de golpes, pero abrirlos.
Abrir los ojos a base de golpes, pero abrirlos.