lunes, 4 de febrero de 2013

Vértigo

Mañana es mi último primer día de un nuevo cuatrimestre en Historia del Arte. Vaya tontería, ¿no? Pues puede, pero me he dado cuenta esta tarde, y acrecenta un poco esa sensación de estar al borde del abismo con la que llevo todo el curso, de que acabo y ahora qué.

Pese a los días difíciles y los momentos en que he pensado que el esfuerzo no merecía la pena, estos cinco años me han servido para ser consciente de lo mucho que adoro lo que estudio, el arte y la historia, y saber que quier dedicarme a esto. No es que sea idiota, nunca pensé que fuese a terminar la carrera y entrar a trabajar al Museo del Prado dos días más tarde. Pero en la situación actual, todo se ha vuelto más difícil. Yo quería -y quiero- seguir estudiando. Desde que vi el plan de estudios del grado en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural pensé que sería el siguiente paso al terminar Historia del Arte. Pero llega un momento en que también quieres trabajar, y ya no se trata de si mis padres pueden o no pueden permitirse pagar mis estudios, es que tengo ganas de sentirme un ser mínimamente autosuficiente. Y no aspiraba a, recién licenciada, trabajar en una galería, ni un museo, ni nada relacionado con la historia, a mí me valía sacarme la segunda carrera en seis años al tiempo que trabajaba unas horas en cualquier cosa -una tienda de ropa, una librería, un cualquier sitio que se adapte a los horarios de un estudiante-. Pero ha llegado un punto en que parece absolutamente imposible. Y llevo unos meses viéndome con mis dos carreras, veintimuchos años y una nula experiencia laboral. Y da rabia, pena y vértigo. Sobre todo mucha rabia, porque no es que yo no quiera trabajar, es que no me van a dejar. Es que algún día espero ser Historiadora del Arte y Restauradora y, ese día, me gustaría devolver trabajando lo que a mí se me ha dado en educación. Y tal y como están las cosas hoy, parece tan difícil, tan imposible, que asusta.

Hace unos meses, de la mano de la asociación Tráns[ito], la artista Cristina Lucas y su proyecto From the Sky Down me llegó la primera oportunidad de meter la cabeza dentro del mundo del arte. Y, muchas horas de curro más tarde, la primera parte de ese proyecto se ha inaugurado en el CAB de Burgos, la segunda se inaugura en Arco y yo me muero de ilusión. Poco después, surgió la idea de crear una asociación propia, nuestra. Y comienza a coger forma y fuerza. No es fácil, pero a veces parece que, si no te rindes, hasta se puede.

Y, con todo, pensar que mañana es mi último primer día en Historia del Arte, da vértigo.