Hoy sonrío, mucho.
Esta segunda parte del enorme reto que suponía (y supone) para mí este curso se me está haciendo más dura aún que la primera. Pero ahora, a estas horas en las que debería estar durmiendo, ahora, sonrío. Y es que ahora sólo me separan de tus (a)brazos un avión y treinta días. Un sólo muy en cursiva, muy entre comillas. Porque el tiempo cuando quiere avanza muy despacio, porque últimamente tengo demasiados malos días. Porque esta noche voy a dormir sola, como tantas otras noches ya y como tantas otras quedan. Pero ahora tengo un momento en que centrarme cuando no encuentre las sonrisas, un lugar donde encontrar la calma todas las veces que me falta.
Ahora tengo treinta días que tachar en el calendario, tengo treinta días que comerme.
Hay momentos en que necesitas gritar todo lo que te retumba en la cabeza. Sólo gritar. No es soltarlo todo en una hoja en blanco. No es hablar con nadie. No es que te escuchen. Cuando ya no puedes seguir susurrando, se trata sólo de gritar. Gritarle al aire. Bienvenidos. Este es mi aire.
martes, 21 de febrero de 2012
sábado, 18 de febrero de 2012
De victorias y derrotas
Aunque a veces gane una batalla demasiados días siento que no puedo ganar estar guerra. Y sin embargo aún sigo en pie, aguantando los envites. Cuando siento que no puedo más, que no me quedan fuerzas para seguir luchando en esta guerra de desgaste, cuando la idea de abandonar el campo de batalla se perfila -apenas un esbozo de sombra- en mi mente... Entonces una de tus sonrisas, una mirada de tus ojos verdes, un gesto.
Y es que...
No me hace gracia, pero no puedo evitarlo.
Y es que...
No me hace gracia, pero no puedo evitarlo.
viernes, 10 de febrero de 2012
Sentirás...
...la angustia de los celos.
Ahogan. Me agarran de la garganta y van apretando. Más, más, un poco más, hasta que no me entra el aire. Me oprimen las costillas, hasta que no puedo respirar.
Cuando consiga que se vayan tal vez me de cuenta de lo irracional que soy, de que creo monstruos de sombra partiendo de la nada, como tantas otras veces, como siempre. Pero ahora sólo sé que sus brazos son demasiado fuertes y a mí me falta el aire. Me ahogo.
Ahogan. Me agarran de la garganta y van apretando. Más, más, un poco más, hasta que no me entra el aire. Me oprimen las costillas, hasta que no puedo respirar.
Cuando consiga que se vayan tal vez me de cuenta de lo irracional que soy, de que creo monstruos de sombra partiendo de la nada, como tantas otras veces, como siempre. Pero ahora sólo sé que sus brazos son demasiado fuertes y a mí me falta el aire. Me ahogo.
lunes, 6 de febrero de 2012
Distancia
1546 kilómetros.
Y me duelen todos y cada uno de ellos. Hasta el último centímetro. Hasta el último milímetro.
Me ahogan. Me asfixian.
Y maldigo una y mil veces esta distancia
que va de tus manos a mis manos.
Y me duelen todos y cada uno de ellos. Hasta el último centímetro. Hasta el último milímetro.
Me ahogan. Me asfixian.
Y maldigo una y mil veces esta distancia
que va de tus manos a mis manos.
viernes, 3 de febrero de 2012
Son
Son, nuestras almas son dos versos que se rozan.
Sé que al destino volveremos a engañar
porque no se acostumbre a nuestra rareza,
porque nunca más nos vuelva a manejar…
Dar contra un muro pa’ poderlo derribar,
que seguro nos depara una sorpresa,
si te atreves yo me atrevo a atravesar…
[Extremoduro]
Aunque esto lo que me apetece es susurrar(te)lo.
Sé que al destino volveremos a engañar
porque no se acostumbre a nuestra rareza,
porque nunca más nos vuelva a manejar…
Dar contra un muro pa’ poderlo derribar,
que seguro nos depara una sorpresa,
si te atreves yo me atrevo a atravesar…
[Extremoduro]
Aunque esto lo que me apetece es susurrar(te)lo.
miércoles, 1 de febrero de 2012
Suscribirse a:
Entradas (Atom)