Otra puñalada más que atraviesa los pulmones. Idiota, a estas alturas debería haber aprendido a esperármelas. Pero no lo hago, y tu sonrisa de odio se clava muy dentro, tus palabras me retumban...
Cuando me planteaba que, quizás, era demasiado desconfiada, me demostraste y me demuestras que es todo lo contrario, que he confiado demasiado.
Y últimamente me siento jodidamente sola. Y no sé cómo ni cuándo he
llegado a esto; otra vez, cuando creía que de verdad las cosas empezaban
a tener un poco de sentido y yo un lugar en el mundo. Quizás aquella
noche de julio llevábamos más razón de la que pensábamos. O puede que
nunca haya encajado de verdad, ni aquí ni en ninguna parte, que todo
fuera una patética ilusión.
"Yo no pido casi nada,
que se pierdan mis sentidos..."
Me apetece convertirme en humo, en polvo, en sombra, en cenizas... Me apetece desvanecerme, lentamente, poco a poco, sin molestar, hasta desaparecer del todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario