Me ahogo. Es como si el peso de miles de kilómetros reposara sobre mi pecho, cada segundo más frágil, cristal siempre a punto de romperse.
Cada vez más tengo la sensación de que no puedo con esto. Estoy cansada de este juego en el que parece que sólo yo puedo perder. Y me siento muy estúpida y muy cobarde, ya tan al borde del final... Pero demasiados días, demasiadas noches, siento que no puedo. O quizás da igual si yo puedo cuando a nadie más le importa.
Y todo mi ser se resquebraja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario